No metas la pata


Hoy traigo a este espacio el origen de la frase hecha “meter la pata”. Se trata de una expresión coloquial muy extendida cuyo significado comprende todo el mundo, aunque sus llamativos orígenes no son tan conocidos y sí muy interesantes por la extraña evolución que ha sufrido la frase original de la que procede y de la que conserva parte del sonido y parte del significado.

Según apunta el diccionario de la Real Academia Española, pateta es un término masculino que se usa para referirse de forma coloquial al diablo, en realidad el verdadero protagonista de esta expresión. En su origen la locución exacta era “mentar a Pateta” (nombrar al diablo) que significaba invocar al diablo o atraer la mala suerte. Al ser este un dicho ampliamente utilizada y que se iba extendiendo por transmisión oral, fue sufriendo transformaciones a lo largo del tiempo que llevaron a que “mentar” se convirtiera en “meter” y “Pateta” por “pata”. Como vemos, este último término no tiene ninguna relación con las extremidades del protagonista de la torpeza en cuestión.

En la actualidad este giro significa decir algo erróneo o inconveniente, o cometer una acción equivocada o desacertada. Toma su significado del sentido del dicho original, que aludía a los enredos del demonio en nuestras vidas, que nos llevaban a cometer errores. Hasta tal punto se asume el nuevo significado que surge al evolucionar la frase, que se aceptan expresiones que no tendrían sentido en la originaria, y decimos por ejemplo “meter la pata hasta el fondo” cuando queremos magnificar el sentido del dicho.

De todas formas, sabiendo esto, gracias al origen de la expresión que nos ocupa, siempre podremos achacar el fallo que cometamos en un momento determinado a los enredos de Pateta.






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