Nos ha llegado una bonita
historia protagonizada por el novelista Franz Kafka en 1924. Fue Dora Dymant,
la que fue compañera del escritor durante sus últimos años, quien nos dejó
constancia de los hechos. El suceso, que tuvo lugar durante un paseo por un
parque cercano a la casa de Kafka, dice
mucho sobre su personalidad. Durante el paseo, el escritor encontró a una niña
llorando porque había perdido su muñeca. La compañera de Kafka contó estos
hechos y la posterior reacción del autor de la siguiente manera:
Leer más>>