Parece existir una confusión generalizada que
podría mitigar en alguna medida el tono de mal gusto que muestra la expresión manda huevos explicando su origen.
Se dice que, en contra de lo que
pudiera pensarse, los huevos de esta
expresión no guardan relación ninguna con las acepciones de dicho término en el
diccionario de la RAE, cuya procedencia tiene que ver con el término ovum del latín, y cuyas acepciones
tienen relación en su mayoría con la reproducción de las aves y la nutrición de
sus embriones (y, por qué no decirlo, de la nuestra, que menudas alegrías nos
proporcionan después de pasar por la cocina) o con el uso vulgar del término usado
en plural que lo relaciona con los genitales masculinos y, por asociación y
extensión, mejor o peor entendida, con el esfuerzo, la valentía y la fuerza .